Día 4
1. Segunda clase en el templo, impecable. Salí liviana como una plumita. Amo los sábados por la mañana.
2. Disfrutamos la tarde en casa, almorzamos, plantamos tomatitos y
arreglamos la huerta. Me gusta estar en casa y no estar a las apuradas.
3. Cena con la familia, como siempre hermoso momento, lleno de
carcajadas y anécdotas. Lloré de la risa contando las travesuras que
hacíamos cuando íbamos al laburo de papá.
Lo mejor del día fue recibir una excelente noticia. Un día espléndido completito
También hice la práctica y me parece que te acuestas más feliz, a pesar de las cosas que te pesan durante el día. También es una forma de dar gracias digo yo ;).
ResponderEliminarUn abrazo!
Si!!! Es como dar las gracias!! Y al ver las cosas positivas, las negativas parecen insignificantes!
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